
Ya lo veníamos diciendo hace mucho, Intel va muy sobrada con sus procesadores de sobremesa y portátiles, tanto que se ha permitido el lujo de lanzar una nueva generación tras otra de procesadores con una mejora de rendimiento del 1 al 5 por ciento, todo ello sumado a la obligación de dar el salto a una nueva plataforma.
Ante la falta de competencia, es algo que muy pocas empresas se pueden permitir, es por ello que ha vuelto a retrasar por tercera vez el lanzamiento de su nueva arquitectura Intel Cannonlake (10 nm), la cual iba a llegar a principios de 2016 para luego llegar a finales de 2016, luego se volvió a retrasar hasta principios del 2017, y ahora se volvería a retrasar para llegar a mediados del 2017.
Sin moros en la costa, AMD Zen (14 nm) tendría que cumplir lo prometido para intentar hacerse hueco en el mercado y hacer daño a una Intel que ha optado por dormirse en los laureles en vez de seguir aportando mejoras significativas. AMD tendrá que competir así con una evolución menor de Skylake (Kaby Lyke / 14nm / LGA1151) que llegaría en agosto de 2016 donde se espera que AMD pueda hacerle frente. Su rendimiento CPU sería prácticamente el mismo, estando la única diferencia en la incorporación de los gráficos encontrados en Broadwell (GT4) con hasta 256 MB de eDRAM.